
Cuando tenemos molestias concretas o estamos en etapas especiales de la vida, necesitamos suplementar la dieta con nutrientes que nos ayuden a superar los problemas. ¿Qué te pasa?
- Problemas cardiovasculares: levadura roja de arroz, lecitina, aceite de ajo, fibras solubles como la de la avena y DHA y EPA son complementos alimenticios que ayudan a regular los niveles de colesterol y de los triglicéridos y protegen los vasos sanguíneos y el corazón. Y para mejorar el bienestar circulatorio, son útiles los bioflavonoides (grosellero, aronia).
- Articulaciones débiles: colágeno hidrolizado, glucosamina, condroitina, calcio, magnesio y plantas antiinflamatorias como la cúrcuma o el harpago alivian problemas articulares y refuerzan nuestras estructuras óseas y articulares.
- Molestias digestivas: probióticos y prebióticos como base, ya que refuerzan y cuidan el tracto digestivo; carbonato de magnesio, si además hay acidez o falta de regularidad intestinal; plantas y enzimas digestivas, si hay las digestiones son pesadas; y antiinflamatorios (áloe vera, azufaifo), si hay irritación de las mucosas.
- Piel delicada: aceite de germen de trigo, levadura de cerveza, plantas depuradoras como la bardana y antiinflamatorias como la onagra, cinc y carotenos; todos son nutrientes que refuerzan el bienestar de la piel.
- Menopausia con molestias: isoflavonas de soja, aceite de onagra, calcio, vitamina D y licopeno son nutrientes y principios activos muy útiles para sobrellevar la etapa de la menopausia con menos molestias y mejor salud.
- Reglas abundantes: los complementos de hierro, la vitamina C natural y la onagra ayudan a prevenir anemias y regular el ciclo menstrual.
- Infecciones frecuentes: probióticos, setas medicinales (shiitake, reishi), plantas inmunoestimulantes (equinácea) y própolis son suplementos que ayudan a subir las defenas naturales del organismo. También podemos recurrir a antibióticos naturales como el própolis, que las previenen.
- Infancia y adolescencia: en estas etapas de pleno crecimiento y desarrollo hay que invertir y reforzar la nutrición con DHA, jalea real, polen, probióticos y superalimentos como lecitina de soja, levadura de cerveza, algas y germen de trigo.
- Falta de regularidad intestinal: fibras tanto solubles (glucomanana, lino, chía, avena, Plantago ovata) como insolubles (salvado de trigo), y carbonato de magnesio.
- Problemas de próstata: para cuidar la próstata a partir de los 40, polen, plantas como el sabal y el epilobio, y semillas de calabaza.
Consulta siempre a nuestros profesionales o bién piede hora a nuestros terapeutas.
Fuente: revistadieteticaysalud.com
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