
Últimamente escuchamos mucho estas palabras: Depurar, detoxificar, eliminar toxinas. ¿Pero qué significa realmente esto?
Para nuestro organismo es fundamental que los órganos funcionen correctamente, todo lo que ingerimos, se digiere, se absorbe, se metaboliza, se procesa y utilizan los nutrientes necesarios, y todo aquello que no se necesita, lo eliminamos.
El órgano principal que se encarga de la depuración es el hígado, la mejor planta de reciclaje que tenemos. El hígado se encarga de procesar todos los alimentos. Los metaboliza, utiliza los nutrientes necesarios, como amino-ácidos, grasas, vitaminas, etc.. y lo que no es necesario lo trasforma en sales biliares, que se utilizan para facilitar el proceso digestivo.
Pero hay ocasiones en las que sometemos a nuestro cuerpo a algunos excesos, comidas demasiado grasas, alimentos procesados, alguna copita de más… incluso el tratamiento con algunos medicamentos, como analgésicos, anti-inflamatorios, estatinas, pueden hacer que nuestro hígado funciones más lento.
¿Y qué consecuencias tiene para la salud que el hígado no metabolice de forma rápida?
Lo más común es que la digestión se haga más pesada, aparecen gases, distensión abdominal o estreñimiento, pero a largo plazo pueden aparecer algunos problemas hepáticos.
Para poder ayudar al hígado existe una solución 100% natural, el Cardo Mariano, una planta conocida y ampliamente utilizada por sus propiedades detoxificantes.
Su fruto contiene un complejo hepatoprotector llamado silimarina que actúa directamente sobre las células del hígado, regenerándolas y combatiendo las sustancias hepatotóxicas como el alcohol o algunos medicamentos.
Por esto, después de las Navidades en las que cometemos excesos gastronómicos, tener cerca una planta como el Cardo Mariano, nos ayudará a depurar, proteger nuestro hígado completamente depurados y detoxificados.
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